Preámbulo a las instrucciones para
dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño
infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire.
No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos
que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes;
no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la
muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es
que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de
ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar
a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose
de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos
los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj;
te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas
de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico.
Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben,de que se te caiga
al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es
una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar
tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado,
a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Incluido en Historia de cronopios y famas (1962)
Aquí tenéis el relato leído por su autor Julio Cortazar.
Un saludo atemporal.
Aquí tenéis el relato leído por su autor Julio Cortazar.
Un saludo atemporal.
este texto me encanta, por que de alguna manera el escritor tiene razón el que te regalen un reloj esta bien, pero tienes la obligación de cuidarlo y de llevarlo siempre ,y asi, también la tentación de mirar la hora continuamente.
ResponderEliminarEs cierto que siempre que recibimos algo de gran valor nos llama la atención y nos suele encantar, y con el solemos tener cuidado de no perderlo ni de romperlo.
ResponderEliminarPero jamás me había parado a pensar la gran responsabilidad que con lleva y es que en cierto modo es como una pequeña droga que te engancha a mirar la hora cada pasados unos minutos, a no dejar de preocuparte por su estado o a darle cuerda cada día para que siga funcionando.
Al final tu llegas a depender del reloj y eso... ¿que regalo es?
Nabil Elyaza
ResponderEliminarLa frase que más me ha gustado es:
cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño
infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire.
Aunque este relato solo nombre o ponga por ejemplo un reloj, esto sucede con cualquier cosa que nos regalen, compremos o que le tengamos aprecio, pues tenemos la necesidad de cuidarlo y mantenerlo en un buen estado.
ResponderEliminarAquí encontramos por ejemplo, la necesidad de mantener en hora el reloj, o mirarla para saber que minuto está dando.
En cierto modo, un reloj nos controla, pues no nos sentimos tranquilos viendo pasar los minutos y pensar en todas las cosas que se tienen que hacer, por eso a veces es bueno ser indiferente al tiempo.